La animación deportiva surge...
Como un recurso de dinamización social y cultural en los diversos colectivos humanos. Desde finales de la década de los 70 se observa en las grandes ciudades un notable consumo colectivo que se traduce en actividades de consumo: cines, compras, televisión, etc. y actividades de desarrollo personal: estudio de idiomas, práctica deportiva, actividades artísticas, etc.
En este contexto, la animación deportiva surge como un método de intervención social, centrada en la dinamización de colectivos humanos a partir de sus propias necesidades e intereses, auto organizándose y desarrollando sus propias potencialidades, distanciada de un tiempo libre pasivo, donde se impone el objetivo básico de disfrute y participación en la actividad. Para ello la animación deportiva se nutre de todo tipo de recursos susceptibles de ser utilizados como herramientas dinamizadoras de actividad, mediante el desarrollo personal, buscando una mejora en la calidad de vida y participación social.
La animación deportiva, por tanto, es una forma de intervención socio-deportiva con el objetivo de promover la participación social y la extensión de la actividad físico-deportiva como hábito de salud, formación y diversión.
Para desempeñar esta función profesional, ha surgido el animador deportivo (Técnico Superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas), figura polivalente poseedora de conocimientos básicos acerca de la actividad, que sabe adecuar los objetivos concretos de su intervención a los principios generales de la animación deportiva y muy especialmente genera roles de relación interpersonal en consonancia con ellos. Por ello necesitará una formación específica, adecuada a cada contexto y tipo de necesidad, en relación directa con la demanda generada por los diferentes sectores sociales.
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